Virgen del Carmen

Era junio y nos daban una bonita noticia: nos habían escogido para adornar y preparar con flores la capilla  de la cofradía de la virgen del Carmen. Todo muy especial por la tradición y lo que simboliza. Esta preciosa capilla es una de las que más devoción tiene de la ciudad. Situada junto a la muralla romana y cerca de la catedral, pero a la vez en un espacio tranquilo como es el camino primitivo a Santiago. El templo actual sucedió al demolido de Nuestra Señora del Camino y guarda ciertos encantos. Dos de sus retablos, los de esta Virgen y de San Ramón, son de estilo barroco y el del altar mayor es neoclásico. A ambos lados de este hay otras dos imágenes, las de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, fundadores de la orden de las Carmelitas Descalzas. Su cofradía se remonta a siglos atrás.

Para su decoración escogimos flores en color blanco por todo lo que simboliza y representa este color. Flores de margaritas, liliums, claveles, lisianthus…alrededor de la virgen del Carmen.

Además de unos sencillos pero elegantes centritos para los retablos y el altar. Para la pila bautismal nos encantó la idea de hacerle una guirnalda con hiedras y flores de paniculata a combinación con las forjas y toda la decoración.

 

 

 

 

 

 

 

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